Riohacha, La Guajira – Con un llamado a construir una transición energética justa y respetuosa de las culturas indígenas, se desarrolló en Riohacha el evento Focalizando La Guajira, un espacio de diálogo entre comunidades, empresas del sector y autoridades, impulsado por la alianza Caribe Potencia Energética, de la que hace parte el Grupo Prisa Media.
La jornada tuvo como propósito trazar una hoja de ruta para el futuro energético del departamento, priorizando el enfoque intercultural, la sostenibilidad y el respeto a las tradiciones del pueblo Wayúu. El evento reunió a líderes de las comunidades, representantes empresariales y voceros institucionales, en torno a un ejercicio participativo que dejó acuerdos importantes.
Durante el encuentro se instalaron 20 mesas de trabajo que abordaron los principales desafíos del sector energético en el territorio. Las discusiones giraron en torno a la necesidad de acelerar la implementación de energías renovables como la solar y la eólica, aprovechando las condiciones naturales del departamento, pero también garantizando que ese desarrollo no desplace ni silencie a las comunidades originarias.
Uno de los ejes centrales fue precisamente el reconocimiento de La Guajira como zona estratégica para la transición energética en Colombia, pero también como región históricamente golpeada por el abandono estatal y la exclusión. Las intervenciones enfatizaron en que cualquier apuesta energética debe construirse con las comunidades, y no a sus espaldas.
Ana María Uyazan, coordinadora de proyectos de AECOM, señaló que “desde el sector privado también podemos apoyar las sinergias necesarias para que en la región Caribe se desarrollen estos proyectos con una visión de crecimiento económico inclusivo”. Por su parte, la gerente de Misión La Guajira de Promigas, María Camila Muñoz, afirmó que este tipo de espacios son clave para “tener conversaciones genuinas, escuchar a todos los actores y, sobre todo, dar voz a quienes son el alma del departamento: sus comunidades”.
Además del diagnóstico técnico y social sobre el panorama energético, el encuentro sirvió para compartir experiencias ya en marcha dentro del territorio, identificando modelos replicables que respeten los procesos organizativos y la autonomía de las comunidades.
El resultado final fue una hoja de ruta construida de manera colectiva, en la que se reafirma el compromiso de avanzar hacia un modelo energético ambientalmente sostenible, socialmente justo y culturalmente respetuoso. Este documento será base para futuras acciones tanto de los actores públicos como privados.
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