ANLA aprueba licencias para viaductos Ciénaga

ANLA aprueba licencias para viaductos Ciénaga
Martes, Agosto 26, 2025 - 18:45

ANLA aprueba licencias para viaductos Ciénaga

La ANLA autorizó licencias ambientales para dos viaductos en la vía Ciénaga–Barranquilla, de 5 y 3 km, con inversión pública millonaria. La obra busca frenar la erosión costera y garantizar conectividad estratégica en el Caribe colombiano.
Render de la via Barranquilla - cienaga

Bogotá - La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) confirmó la aprobación de las licencias ambientales que permiten reactivar las obras del viaducto sobre la vía Ciénaga, un proyecto estratégico para la conectividad de la región Caribe. Con esta decisión, se destraba una de las infraestructuras más esperadas por los departamentos de Atlántico y Magdalena, cuyo avance había quedado suspendido a la espera de la viabilidad ambiental.

El anuncio fue recibido con atención por las autoridades locales y los sectores económicos que han insistido en la necesidad de mejorar la movilidad entre Barranquilla y Ciénaga, un corredor vital para el transporte de carga, el turismo y la comunicación terrestre de la Costa Caribe con el interior del país. La obra, de carácter nacional, busca dar respuesta a problemas históricos de congestión, erosión costera y seguridad vial que afectan a miles de conductores diariamente.

El viaducto de la vía Ciénaga ha sido concebido como una solución integral frente al deterioro progresivo de la carretera actual, que atraviesa zonas sensibles de la Ciénaga Grande de Santa Marta. Las constantes afectaciones por el clima y la presión del tráfico pesado aceleraron el desgaste de la vía, aumentando el riesgo de accidentes y prolongando los tiempos de desplazamiento. Ante este panorama, el Gobierno Nacional priorizó el proyecto, aunque su ejecución se encontraba en pausa por los trámites ambientales que ya fueron superados.

El objetivo central del viaducto es garantizar un paso seguro y sostenible en un tramo de alto valor ambiental. De acuerdo con la información suministrada, el trazado aprobado contempla la construcción de un puente elevado que reducirá el impacto directo sobre la Ciénaga Grande, un ecosistema declarado sitio Ramsar y Reserva de la Biosfera. La intervención busca combinar criterios de ingeniería moderna con planes de manejo ambiental que aseguren la preservación de la flora y fauna de la zona.

En lo metodológico, la ANLA explicó que el proceso de evaluación incluyó estudios de impacto ambiental, social y económico. Estos informes fueron presentados por el concesionario responsable y sometidos a un análisis técnico que derivó en la expedición de las licencias. Los lineamientos incluyen medidas de compensación ambiental, monitoreo permanente de la calidad del agua, protección de especies y programas de reforestación en áreas aledañas. La autoridad señaló que la aprobación no es un cheque en blanco, sino un permiso condicionado al estricto cumplimiento de los compromisos adquiridos.

El alcance del proyecto se extiende más allá de la infraestructura misma. Para los sectores productivos, especialmente en el transporte de carga, el viaducto significa una reducción significativa en los tiempos de viaje y en los costos logísticos, al asegurar un corredor estable y en mejores condiciones. Para el turismo, representa un impulso clave, pues facilitará el acceso hacia Santa Marta y la Sierra Nevada, zonas que en temporadas altas sufren prolongados trancones en la vía actual. En términos de seguridad, el diseño pretende disminuir los riesgos de accidentalidad en uno de los tramos más críticos del país.

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La aprobación de las licencias ambientales también marca un precedente en la forma en que se concilian las obras de infraestructura con la protección del medioambiente. En el pasado, los proyectos viales en zonas de ecosistemas frágiles enfrentaban cuestionamientos por los daños irreversibles que podían generar. En este caso, el énfasis ha estado en diseñar una solución que minimice impactos, un reto que obliga a combinar ingeniería especializada con una ejecución vigilada de principio a fin.

Las comunidades locales, en particular los habitantes de Ciénaga y los municipios aledaños, han manifestado expectativas frente al inicio de las obras. En su visión, la reactivación del viaducto puede traducirse en empleos temporales durante la construcción y en una mejora sustancial de la conectividad en la región. Sin embargo, también persisten voces que piden garantizar que los planes de compensación lleguen de manera efectiva y que la obra no quede a medio camino por falta de control institucional o recursos.

Por su parte, las autoridades departamentales del Atlántico y Magdalena han reiterado la importancia del proyecto para el desarrollo regional. El viaducto se integra al sistema de carreteras troncales del Caribe, lo que permitirá optimizar la movilidad de mercancías hacia los puertos de Barranquilla y Santa Marta. Además, la obra está alineada con los planes de competitividad y con los compromisos de Colombia en materia de transición hacia infraestructuras resilientes frente al cambio climático.

Expertos en movilidad y desarrollo urbano han resaltado que este tipo de proyectos requieren un equilibrio entre velocidad de ejecución y rigurosidad técnica. La experiencia de otros viaductos en el país demuestra que los retrasos suelen obedecer a factores ambientales, jurídicos o de financiación. En ese sentido, el seguimiento que la ANLA y otras entidades realicen será determinante para que el cronograma no se vea interrumpido nuevamente.

La reactivación del viaducto también coincide con una coyuntura en la que la infraestructura vial del Caribe atraviesa una etapa de ajustes y retos. El corredor Cartagena–Barranquilla–Santa Marta se consolida como una de las rutas más transitadas del norte del país, y su fortalecimiento es clave para la integración logística con la región Andina. El viaducto de la vía Ciénaga representa, entonces, un eslabón fundamental de este entramado.

Aunque aún no se han revelado las fechas precisas para la reanudación de los trabajos, la expedición de las licencias ambientales es interpretada como el punto de partida. El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Transporte y la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), deberá coordinar la puesta en marcha del cronograma constructivo y asegurar los recursos necesarios. En paralelo, se espera que las mesas técnicas con las comunidades continúen para dar seguimiento a los compromisos sociales.

El sector privado también observa con interés este avance. Las empresas transportadoras, operadores turísticos y gremios productivos coinciden en que la obra no solo resuelve un problema de conectividad, sino que abre oportunidades para dinamizar la economía regional. En el mediano plazo, el viaducto facilitará la creación de nuevos circuitos logísticos y turísticos que podrían atraer más inversión hacia el Caribe.

 

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