Colombia – El precandidato presidencial David Luna envió una carta oficial a los embajadores de Noruega, Suecia, Cuba, Suiza, Chile, México y Brasil solicitando que reconsideren su respaldo político, técnico y financiero a la política de Paz Total impulsada por el gobierno colombiano. La comunicación expresa que este acompañamiento internacional debe replantearse “de forma urgente”.
En el documento, Luna argumenta que la política de Paz Total no ha logrado reducir los niveles de violencia, sino que ha generado efectos adversos. Según su planteamiento, los grupos criminales han sido fortalecidos y la institucionalidad del país se ha debilitado como consecuencia directa de su implementación. “La llamada Paz Total fracasó”, afirmó.
El político hizo énfasis en que el respaldo de los países cooperantes no puede seguir siendo un aval automático para procesos que, a su juicio, carecen de legalidad y transparencia. “Solicité que evalúen suspender su participación en esas mesas, en esas asesorías y en esos respaldos que hoy no construyen paz, sino que terminan legitimando el terror”, señaló.
Para sustentar su crítica, Luna citó cifras oficiales. De acuerdo con Medicina Legal, Colombia registró 13.917 homicidios en 2024. En cuanto a los casos de extorsión, pasaron de 7.160 en 2022 a 7.943 en 2024, lo que representa un incremento del 11%. Por su parte, los secuestros aumentaron un 30% en el mismo periodo, pasando de 223 a 290 casos.
Además, mencionó datos de la Defensoría del Pueblo, según los cuales más del 70% de los municipios del país tienen presencia de estructuras criminales. Estos indicadores fueron utilizados para reforzar su afirmación de que la estrategia oficial no ha contenido la violencia y, por el contrario, ha permitido su expansión territorial.
En el plano internacional, Luna pidió a los gobiernos representados por los embajadores destinatarios de su carta que promuevan una revisión del mandato de las misiones internacionales en Colombia. Propuso que esta revisión se impulse en escenarios multilaterales como el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La misiva plantea un llamado a replantear el rol que actualmente cumplen las naciones acompañantes en el proceso de Paz Total, al considerar que su apoyo podría estar teniendo un efecto contrario al esperado en las comunidades colombianas afectadas por el conflicto.