Ciudad de México – Dos nombres que hasta hace poco vibraban en las tarimas y playlists de reguetón hoy resuenan por una razón muy distinta: la desaparición del cantante colombiano Bayron Sánchez Salazar, conocido como B King, y su DJ Jorge Luis Herrera Lemos, alias Regio Clown. Ambos fueron vistos por última vez el 16 de septiembre de 2025 cuando salían rumbo a un gimnasio en la exclusiva zona de Polanco, y desde entonces, no se sabe nada de su paradero.
El caso se convirtió en noticia internacional tras el pedido del presidente colombiano, Gustavo Petro, a su homóloga mexicana, Claudia Sheinbaum, para unir esfuerzos en la búsqueda. Sin embargo, en medio de este llamado, se abrieron grietas entre autoridades: la Fiscalía de Sonora aseguró que no existen registros de los artistas en su territorio, mientras que la Fiscalía de la Ciudad de México asumió formalmente la investigación y difundió las fichas oficiales de búsqueda.
Las últimas horas antes de su desaparición quedaron plasmadas en redes sociales y en los escenarios. Apenas dos días antes, el 14 de septiembre, B King y Regio Clown subieron al escenario del club ElectroLab, en Insurgentes Sur, para participar en el evento “Sin Censura Independence Day”. El local estaba lleno de luces de neón, beats electrónicos y una audiencia que se dejó llevar por las mezclas de los DJs invitados. Allí, los colombianos compartieron tarima con otros artistas y celebraron la independencia mexicana.
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Previo a esa presentación, Bayron Sánchez había viajado a Sonora para su primer concierto en México. Desde su cuenta de Instagram agradeció a “mi México lindo y querido” y compartió la emoción de conquistar nuevos públicos. Para muchos de sus seguidores, esas publicaciones hoy se leen con una nostalgia marcada por la incertidumbre.
Las contradicciones sobre su paradero generaron confusión. Mientras el presidente Petro sugirió un posible vínculo de la desaparición con entornos delictivos y consumo de drogas en la región, la Fiscalía de Sonora respondió con un comunicado: “No se tiene registro, denuncia o indicio de que dichas personas hayan desaparecido en el estado de Sonora. Mediante la coordinación interinstitucional, se ha establecido que estas personas fueron vistas por última vez en la Ciudad de México”. Horas más tarde, la vocera estatal Paloma Terán Villalobos reafirmó esa postura.
La Fiscalía de la Ciudad de México tomó el control y publicó las fichas de búsqueda. En ellas se describen las señas particulares de ambos. Jorge Luis Herrera, de 35 años y 1.80 de estatura, tiene tatuajes visibles y perforaciones en las orejas. El día de su desaparición vestía una camiseta negra, pants negro y tenis deportivos. Bayron Sánchez, de 31 años y 1.73 de estatura, lleva una greca en la ceja izquierda, además de varios tatuajes; ese día usaba camiseta negra, pants blanco y tenis blancos.
Más allá de las fichas oficiales, lo que mantiene viva la atención sobre este caso es la presencia digital de los dos artistas. B King, conocido por éxitos como “Como yo”, “Soy yo”, “No me digas”, “No hay vacaciones”, “En las botellas” y “Destino”, se había ganado un espacio dentro del reguetón latino. Parte de su popularidad también vino de su relación con la DJ Marcela Reyes, la autodenominada “Reina del Beat”, con quien colaboró en varias producciones. Su estilo fresco y urbano lo convirtió en un referente para públicos jóvenes en Colombia y fuera de ella.
Jorge Luis Herrera, por su parte, proyectaba una personalidad artística distinta, marcada por un discurso reflexivo. En redes compartía frases como: “La música no es un show, es una revolución”. En sus últimos posteos hablaba de rodearse de personas genuinas y elegir la paz sobre el rencor. Este tono místico y contestatario generó identificación entre quienes seguían sus mezclas y lo consideraban un innovador en el set.
La desaparición golpea un espacio donde la música urbana ha crecido como parte de la identidad cultural de toda una generación. Para muchos jóvenes en Colombia, México y otras partes de Latinoamérica, la escena del reguetón es más que un género: es moda, es estilo de vida, es un escape. Por eso, la ausencia de B King y Regio Clown no solo significa la falta de dos nombres en los carteles de conciertos, sino también un vacío emocional en esa comunidad de fans que los acompañaba.
La magnitud del caso también se refleja en las voces que se suman a su búsqueda. Desde colegas de la escena underground hasta artistas consagrados como J Balvin han compartido mensajes de solidaridad. En Instagram y X, los hashtags con sus nombres se llenan de fotografías, videos de sus presentaciones y palabras de esperanza para que aparezcan con vida. El fenómeno recuerda cómo las redes pueden convertirse en amplificadores de campañas ciudadanas cuando se trata de figuras públicas.
La familia de Bayron Sánchez en Medellín y la de Jorge Herrera en Valle del Cauca han pedido mantener la atención en la búsqueda. Según allegados, hasta el 15 de septiembre ambos mantenían comunicación constante y habitual, lo que hace aún más abrupta la interrupción de contacto al día siguiente.
El caso sigue abierto y bajo responsabilidad de la Fiscalía de la Ciudad de México, mientras el cuerpo diplomático colombiano acompaña las pesquisas. La trama mezcla glamour y precariedad: por un lado, los escenarios vibrantes del reguetón, los clubes nocturnos y las luces de Instagram; por el otro, la crudeza de una desaparición en un país extranjero.
Lo que está claro es que los nombres de B King y Regio Clown ya no solo pertenecen al circuito musical. Hoy forman parte de un expediente internacional que concentra la atención de gobiernos, medios y miles de seguidores. Y aunque el desenlace aún es incierto, su historia revela el impacto que puede tener la vida de dos artistas cuando la música se cruza con la vulnerabilidad de la realidad urbana.
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