Barranquilla – Un hecho cargado de violencia y polémica sacudió la capital del Atlántico. Jaime Avendaño Camacho, director regional de la Sociedad de Activos Especiales (SAE) para la región Caribe, fue señalado por testigos y por la propia víctima, identificada como Gabriel Morillo Rodríguez, de haberlo agredido brutalmente en plena diligencia de desalojo. El episodio, que quedó expuesto incluso en redes sociales, ha encendido un debate sobre abuso de autoridad, arbitrariedad y violencia institucional.
Los hechos ocurrieron en la tarde del sábado, cuando un procedimiento relacionado con unas bodegas ubicadas en la carrera 68 con calle 74, al norte de Barranquilla, terminó en escándalo. Morillo, que asegura tener 14 años de posesión “pacífica, tranquila e ininterrumpida” del predio, denunció que Avendaño lo tomó por el cuello y lo estrelló contra un vehículo delante de decenas de personas, incluidos inquilinos y escoltas de la SAE.
Testigos coincidieron en que el ambiente se caldeó tras la notificación de una tutela que impedía ejecutar el desalojo. En ese momento, relatan, el funcionario reaccionó con furia. “Lo levantó con una mano como si fuera un muñeco de papel, a pesar de que pesa más de 130 kilos”, dijo un vecino que presenció la escena. La violencia del golpe obligó a trasladar al afectado a un centro asistencial de Barranquilla, donde permaneció hospitalizado por varias horas.
En un video que subió a sus redes, Morillo narró con voz entrecortada: “Me encuentro hospitalizado después de una agresión, un intento prácticamente de homicidio, de parte del director regional de la SAE, Jaime Avendaño Camacho, y todo su equipo. Hoy me agredió físicamente, me tocó el cuello y me reventó contra un carro delante de todas las personas que estaban ahí. Soy una víctima de este atropello de un señor que está vulnerando mis derechos”.
Vea video de la denuncia⤵️
La denuncia no se quedó solo en lo ocurrido. En la misma grabación, Morillo afirmó que teme por su vida y la de su familia: “No sé hasta dónde lleguen los alcances de este señor. Me violentó físicamente, públicamente, delante de todo el mundo. Necesito su ayuda porque esto es corrupción, esto es tiranía. No podemos aceptarlo. Estoy agarrado de Dios y de mis derechos”.
El relato estremeció a quienes vieron el video, donde se observa a Morillo con visibles dificultades para hablar. El hombre recordó que ya había denunciado penalmente al funcionario por conductas similares y acusó a Avendaño de “amedrentar con su escolta policial y usar a la fuerza pública para apropiarse de lo que no le pertenece”.
El inmueble en cuestión son bodegas en Barranquilla, que en el pasado estuvieron vinculadas a un proceso de extinción de dominio, pero que según Morillo fueron excluidas en 2011 por un fallo judicial. En medio de esa maraña de decisiones, la SAE insiste en que hacen parte de sus activos, mientras el ocupante exhibe derechos posesorios y providencias a su favor. Fue precisamente una orden del Juzgado Séptimo Laboral del Circuito la que suspendió cualquier actuación administrativa, detonando la furia del funcionario.
En un centro hospitalario, la víctima fue sometida a radiografías y estudios médicos antes de recibir el alta.
Aqui la historia clinica ⤵️
su testimonio describe dolores intensos y lesiones en cuello y espalda. “Ese hombre me agarró con una mano y me estrelló como si nada. Es un abuso que debe ser castigado”, reiteró.
Las repercusiones jurídicas ya empiezan a moverse. Abogados penalistas consultados señalaron que los hechos podrían configurar lesiones personales agravadas, abuso de autoridad y hasta tentativa de homicidio. “No se trata solo de un altercado, estamos hablando de un funcionario que en ejercicio de sus funciones habría golpeado a un ciudadano en plena diligencia”, señaló un especialista en derecho administrativo.
En la calle, la indignación crece. Vecinos y organizaciones de derechos humanos pidieron a la Procuraduría y a la Fiscalía General de la Nación abrir investigaciones inmediatas. “Lo que pasó en Barranquilla es una muestra de cómo se puede degradar el poder en manos equivocadas. Un director de la SAE no puede actuar como matón de barrio”, expresó un activista local.
Mientras tanto, Morillo anunció que formalizará nuevas denuncias penales y disciplinarias contra Avendaño. “Temo por mi vida y la de mi familia, pero no me voy a dejar amedrentar”, concluyó en su mensaje público.
La agresión atribuida a Avendaño se convierte en uno de los episodios más escandalosos en la historia reciente de la SAE Caribe. El caso desnuda tensiones, abusos y la delgada línea entre la legalidad de los procesos de desalojo y los excesos de quienes deben representar al Estado. En Barranquilla, el comentario es unánime: lo que parecía una diligencia más terminó en un espectáculo de violencia que compromete la imagen de una entidad nacional.
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