Colombia – La reducción de la jornada laboral semanal de 46 a 44 horas, que comenzó a aplicarse este 15 de julio, se suma a la preocupación de los empresarios colombianos frente a los altos costos que, según advierten, traerá la reciente Reforma Laboral sancionada el pasado 25 de junio.
Fenalco, en su Bitácora Express publicada ayer, reveló que el 67% de los empresarios califica entre alto y muy alto el impacto que esta reforma tendrá en los costos laborales. El gremio proyecta aumentos que oscilarán entre el 18% y el 34%, lo que generaría un efecto inmediato en las finanzas de las compañías, especialmente de las pequeñas y medianas empresas.
“Esta reforma llega en un momento delicado para el mercado laboral colombiano. Las cifras oficiales muestran una desaceleración en la generación de empleo formal y un crecimiento sostenido del trabajo por cuenta propia, lo cual agudiza los niveles de informalidad”, señaló Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco.
De acuerdo con la encuesta aplicada a 919 empresarios de más de 25 ciudades, el 52% no aumentará su planta de personal durante el segundo semestre de 2025, el 35% la reducirá y solo un 13% contempla mantenerla o incrementarla.
Esta perspectiva pesimista se presenta en un contexto de enfriamiento progresivo del mercado laboral, con una caída sostenida en el empleo formal del comercio minorista desde enero de 2024. Según datos de la Encuesta Mensual de Comercio del DANE, el sector completa 16 meses consecutivos de contracción, situación que se agravaría con los efectos de la nueva normativa laboral.
Entre los puntos que más inquietan al empresariado se encuentra la obligatoriedad de los contratos a término indefinido. El 44% de los consultados considera que esta disposición limitará la flexibilidad operativa de sus empresas, mientras un 28% la considera preocupante pero manejable. Solo un 9% cree que podría mejorar la estabilidad laboral.
Otro tema sensible es la modificación del contrato de aprendizaje, que ahora implicará obligaciones plenas para el empleador. Para el 39% de los encuestados esta medida generará un aumento significativo en los costos y un 31% anticipa que reducirá el incentivo para vincular aprendices, una figura clave para la formación de nuevos trabajadores.
La reforma también contempla cambios en la jornada diurna y nocturna, lo que generará un aumento en los recargos. El 52% de los empresarios anticipa un fuerte incremento en estos pagos, mientras el 22% prevé un aumento moderado. Solo un 10% considera que los beneficiados serán los trabajadores y un 8% cree que el impacto será irrelevante.
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El recargo dominical progresivo es otro punto de preocupación. El 46% de los empresarios advierte que tendrá un impacto financiero grave, el 23% lo considera manejable y el 11% espera un efecto leve. Apenas un 8% lo interpreta como un beneficio para el bienestar de los trabajadores.
Frente al incremento de costos, los empresarios han manifestado que adoptarán diferentes estrategias de ajuste para mantener su viabilidad. Un 23% planea modificar los horarios de trabajo, un 18% reducirá o congelará su planta de personal, un 16% aumentará las inversiones en automatización de procesos, y un 15% reducirá la contratación de aprendices, aunque deba pagar la multa correspondiente. Otro 15% recortará turnos nocturnos, un 13% prescindirá de personal que no tenga contrato indefinido y otro 13% fortalecerá los canales de venta virtual para reducir la necesidad de trabajadores presenciales.
La encuesta también indagó sobre la nueva cuota de monetización del SENA. El 67% de los consultados manifestó estar en desacuerdo (35% en desacuerdo y 32% totalmente en desacuerdo), mientras que solo un 10% la respalda y un 23% se mantiene neutral.
De manera general, el 79% de los encuestados estima que la reforma empeorará el entorno para el desarrollo empresarial en el país. Apenas un 9% considera que podría mejorarlo y un 8% cree que su impacto será mínimo.
El presidente de Fenalco subrayó que “la implementación de un nuevo marco normativo sin incentivos paralelos a la inversión, la formalización y la dinamización del consumo podría agravar las dificultades actuales”.
La reducción de la jornada semanal, aunque no hace parte de la reforma laboral de 2025, comenzó a regir esta semana como parte de la Ley 2101 de 2021, impulsada por el expresidente Álvaro Uribe Vélez cuando era senador. Esta norma reduce progresivamente la jornada laboral de 48 a 42 horas para 2026, sin afectar salario ni prestaciones. En 2023 se redujo a 47 horas, en 2024 a 46 y ahora a 44 horas.
Aunque esta medida busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores, Fenalco estima que generará un aumento de entre 4,75% y 6% en los costos de nómina de las empresas, pues se requerirá contratar más personal o pagar horas extras para mantener los mismos niveles de productividad.
Jaime Alberto Cabal advirtió que, en el contexto actual, tanto la reforma laboral como la reducción de jornada semanal configuran un escenario retador para la sostenibilidad de las empresas y la creación de nuevos empleos formales.