Petro acusa a Perú de violar tratado fronterizo

Petro acusa a Perú de violar tratado fronterizo
Martes, Agosto 5, 2025 - 12:30

Petro acusa a Perú de violar tratado fronterizo

El presidente Gustavo Petro tensa las relaciones con Perú al denunciar la ocupación de una isla amazónica que, según Colombia, le pertenece y cuya apropiación violaría acuerdos binacionales vigentes.
Martes, Agosto 5, 2025 - 12:30
Isla de Santa Rosa en limites de Colombia y Perú

Colombia – El presidente Gustavo Petro prendió una nueva alarma diplomática al denunciar que Perú se está apropiando de una isla que, según Colombia, le pertenece por derecho histórico. El caso de la isla Santa Rosa reactivó una disputa limítrofe que parecía superada desde hace casi un siglo, y volvió a tensar las relaciones bilaterales justo en la antesala de la conmemoración de la Batalla de Boyacá.

En su cuenta de X, el mandatario colombiano aseguró que el Gobierno del Perú "ha copado un territorio que es de Colombia" y que, con esta acción, estaría violando el Protocolo de Río de Janeiro, firmado en 1934. Como medida simbólica y política, Petro decidió trasladar el acto conmemorativo del 7 de agosto de Boyacá a Leticia, capital del Amazonas colombiano, donde hará presencia directa.

La chispa que encendió el conflicto fue la aprobación, el pasado 11 de junio, de una ley peruana que crea el distrito de Santa Rosa, en el departamento de Loreto. En esa norma se incluye la isla Santa Rosa, una formación reciente surgida por los cambios en el cauce del río Amazonas, que Perú considera parte de su territorio. Para Colombia, sin embargo, esta isla se ubica al norte de la línea acordada en los tratados, lo que implica una violación del pacto fronterizo.

“Han aparecido islas que están al norte de la actual línea más profunda, y el gobierno del Perú acaba de apropiárselas por ley y poner la capital de un municipio en un terreno que, por el tratado, debe pertenecer a Colombia. Esa acción unilateral y violatoria del tratado de Río de Janeiro puede hacer desaparecer a Leticia como puerto amazónico quitándole su vida comercial”, afirmó Petro en redes.

Leticia es el principal puerto fluvial de Colombia sobre el río Amazonas, un punto estratégico en la triple frontera con Brasil y Perú. Su importancia comercial y geográfica ha sido históricamente reconocida, y cualquier modificación territorial en sus cercanías genera preocupación en Bogotá.

La Cancillería colombiana respaldó la denuncia presidencial con un comunicado oficial. En él señala que, según los tratados de 1922 y 1929, cualquier territorio surgido por cambios naturales del río debe ser asignado de común acuerdo entre ambas naciones. Colombia argumenta que la isla Santa Rosa nunca fue oficialmente adjudicada a Perú y que el proceso bilateral de diálogo estaba en curso hasta que fue interrumpido por la aprobación de la ley peruana.

Nota De protesta de la Cancillera PeruanaDesde Lima, la respuesta no tardó. El Palacio de Torre Tagle, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, emitió una nota en la que expresó su “más firme y enérgica protesta” por las declaraciones del presidente colombiano. “El Gobierno del Perú ejerce legítima y legalmente su jurisdicción sobre ese territorio desde hace más de un siglo”, señala el documento.

Durante varias horas, la única voz peruana había sido la de Javier González-Ochoa, excanciller y asesor político de la presidenta Dina Boluarte. En entrevista radial, consideró “provocadoras” las palabras de Petro y recalcó que la frontera fue zanjada con el Tratado Salomón-Lozano, suscrito en 1936, que puso fin a un conflicto armado entre ambos países.

El episodio ocurre en medio de un clima tenso. Las relaciones diplomáticas entre Colombia y Perú no se han normalizado desde diciembre de 2022, cuando Petro criticó la destitución del expresidente Pedro Castillo, la calificó como “un golpe de Estado” y ordenó el retiro del embajador colombiano en Lima. Perú respondió con la misma medida, dejando en funciones solo a encargados de negocios en ambas capitales. Desde entonces, no ha habido un restablecimiento pleno de los vínculos.

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La isla Santa Rosa, con cerca de 3.000 habitantes, se encuentra muy cerca de Leticia y forma parte del trapecio amazónico, una franja estratégica para Colombia que le permite tener salida al Amazonas. Su cercanía con la isla de Chinería, ya reconocida como peruana, complica la interpretación del límite.

Según el internacionalista Óscar Vidarte, profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú, la ley que crea el distrito peruano no es un intento de anexión sino una forma de “fortalecer la presencia del Estado y consolidar la soberanía”. En su análisis, compartido en medios locales, señala que Santa Rosa surgió como una extensión natural de Chinería y que siempre tuvo autoridades peruanas. No obstante, considera legítima la preocupación de Colombia por la preservación de su acceso fluvial.

“El incidente del año pasado, cuando un diplomático colombiano se refirió a la isla como ocupada por Perú, dejó una alerta. Esta ley responde a eso. Pero lo que se necesita es diálogo técnico, no declaraciones públicas que agravan la situación”, expresó Vidarte.

Este no es el primer roce reciente sobre Santa Rosa. En 2024, durante el Festival de la Confraternidad Amazónica, el director de Soberanía Territorial de la Cancillería colombiana generó molestia al hablar de una supuesta ocupación peruana. Lima respondió con una nota de protesta y Bogotá se disculpó, logrando bajar el tono del incidente en ese momento.

Lo que preocupa ahora es que, tras un breve intento de recomponer las relaciones, los hechos recientes hayan vuelto a paralizar las vías diplomáticas. En mayo pasado, durante la ceremonia de posesión del presidente ecuatoriano Daniel Noboa, Dina Boluarte evitó saludar a Petro, lo que fue visto como un desplante. El episodio es apenas una muestra del deterioro del diálogo binacional.

Mientras tanto, Petro mantiene su posición. El traslado del acto del 7 de agosto a Leticia busca enviar un mensaje claro de defensa territorial. En la práctica, la decisión se suma a una serie de tensiones geopolíticas en América Latina, donde los límites fluviales, los recursos naturales y el simbolismo político vuelven a chocar.

Tanto Colombia como Perú deberán decidir si reactivan el camino del diálogo técnico para la asignación de islas o si la controversia escala en foros internacionales. Por ahora, el tono de las declaraciones oficiales sugiere que el camino será cuesta arriba.

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