Barranquilla – El estadio Metropolitano Roberto Meléndez vivirá una transformación que promete sacudir la pasión de toda la ciudad. El alcalde Alejandro Char anunció el ambicioso plan de renovación que pondrá al escenario en la órbita de los más grandes del continente y que obligará al Junior de Barranquilla a volver, por un tiempo, a su primera casa: el Romelio Martínez.
Con un mensaje directo desde sus redes sociales, Char soltó la noticia que ya genera expectativa entre hinchas y autoridades: en los próximos días se abrirá la licitación pública para iniciar la remodelación. La obra está en etapa de preconstrucción y tiene como meta dejar un Metropolitano con capacidad para 75 mil espectadores, más imponente y moderno que nunca.
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La primera gran novedad será la eliminación de la pista atlética. El terreno de juego se bajará de nivel para acercar las graderías al césped. Los bancos de suplentes también estarán más próximos, generando un ambiente de presión y calor futbolero único en el país. "El Metropolitano quedará a otro nivel", escribió Char, acompañado de imágenes del diseño proyectado.
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El plan no se limita al interior. El exterior del coloso de la Ciudadela también será modernizado con nuevos espacios de acceso y comodidad para los hinchas. La idea es que ir a un partido de la Selección Colombia o del Junior se convierta en una experiencia más completa, con instalaciones al estándar de estadios que hoy marcan la pauta en Sudamérica.
El alcance del proyecto no se mide solo en cemento y graderías. Desde la Alcaldía y la Federación Colombiana de Fútbol hay un objetivo claro: convertir al Metropolitano en sede de finales internacionales de Conmebol. Barranquilla ya suena con fuerza para recibir la gran final de la Copa Sudamericana 2026, algo que confirmó Ramón Jesurún, presidente de la FCF. "La capital del Atlántico es una de las ciudades con mayor opción", señaló.
Para la afición rojiblanca, el anuncio tiene un sabor doble. Por un lado, el orgullo de ver cómo el templo donde juega el Junior y la Selección se prepara para entrar en otra categoría mundial. Por otro, la nostalgia de saber que durante las obras, el equipo volverá al Romelio Martínez, escenario histórico que fue su primera casa. El Junior jugaría allí mientras el Metropolitano se viste de futuro.
El proyecto llega en un momento clave. Barranquilla se ha consolidado como la casa de la Selección Colombia en las Eliminatorias Sudamericanas, y el Metropolitano ha sido testigo de las gestas que mantienen vivo el sueño mundialista. Modernizarlo no solo es una apuesta urbanística: es blindar el rol de la ciudad como capital futbolera del país.
El plan contempla pasos concretos. Una vez abierta la licitación, se definirá la empresa que llevará adelante la remodelación. La Alcaldía prevé que los trabajos comiencen a finales de este año, lo que pondría en marcha un cronograma ajustado para tener listo el escenario con miras a 2026. La meta es clara: que Barranquilla se mantenga como vitrina principal del fútbol colombiano y que reciba, por primera vez, una final de torneo continental.
En la Ciudadela, el ambiente ya es de expectativa. Los hinchas saben que la transformación implicará sacrificios, como trasladarse al Romelio, pero también reconocen que el premio será mayor: volver a su casa con un estadio que compita de tú a tú con los mejores de Sudamérica. La voz popular lo resume en una frase: “Será duro dejar el Metro un rato, pero valdrá la pena cuando regresemos”.
El proyecto de renovación no solo busca impactar al deporte. También pretende dinamizar la economía local con generación de empleos en construcción y turismo deportivo. Un estadio de 75 mil personas abrirá las puertas a conciertos y eventos masivos, convirtiéndose en motor adicional para la ciudad. Barranquilla no solo recibirá fútbol: se abrirá al espectáculo mundial.
El Junior, mientras tanto, tendrá la oportunidad de reencontrarse con su pasado en el Romelio Martínez. Para algunos hinchas veteranos, será volver a los tiempos de gloria en el estadio que vio al equipo crecer. Para las nuevas generaciones, una chance de conocer la historia viva del club antes de regresar al nuevo Metropolitano.
La Selección Colombia también juega un papel clave en este proceso. El Metropolitano es su casa en las Eliminatorias, y la renovación busca ofrecer condiciones de clase mundial tanto a los jugadores como a los hinchas. En un continente donde las finales únicas de Conmebol ya son un estándar, la capital del Atlántico quiere levantar la mano y asegurar que Colombia esté en la lista.
Alejandro Char, en su anuncio, fue enfático en el mensaje: la ciudad no solo remodelará un estadio, sino que proyecta al Metropolitano como símbolo del fútbol y el orgullo barranquillero. “Muy pronto Colombia conocerá cómo se transformará este escenario histórico en un estadio de talla mundial”, aseguró.
Las miradas están puestas en el cronograma. Si los tiempos se cumplen, a finales de 2026 el Metropolitano no solo será la casa de Junior y de la Selección, sino también un escenario codiciado por la Conmebol para sus grandes finales. Mientras tanto, el Romelio volverá a ser protagonista, como en aquellos días en que el Junior empezó a forjar su historia.
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