Londres, Reino Unido – Ozzy Osbourne, leyenda del heavy metal y voz emblemática de Black Sabbath, murió este martes a los 76 años, pocas semanas después de despedirse de los escenarios en su ciudad natal.
La familia Osbourne confirmó su fallecimiento a través de un comunicado difundido por Associated Press: “Con una tristeza indescriptible, informamos del fallecimiento de nuestro querido Ozzy Osbourne esta mañana. Estaba con su familia, rodeado de cariño. Les pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento”.
Ozzy, cuyo nombre real era John Michael Osbourne, había sido diagnosticado con Parkinson en 2019. Su salud se deterioró en los últimos años, pero alcanzó a cumplir uno de sus grandes anhelos: cerrar su carrera con un concierto histórico en Birmingham.
Hace menos de un mes, Ozzy se reunió con los miembros originales de Black Sabbath en el evento “Back to the Beginning”, una despedida ante 40.000 personas en el estadio Villa Park de Aston Villa. Fue la primera vez en dos décadas que tocaban juntos en su ciudad natal y las entradas se agotaron en apenas 16 minutos. Millones de fanáticos siguieron la transmisión en línea.
Durante esa última presentación, interpretó sus clásicos más esperados y cerró con "Paranoid", su éxito más recordado, consolidando su legado como pionero del metal.
Osbourne nació en Birmingham en 1948 y comenzó su carrera en 1968 cuando formó Black Sabbath junto a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward. Juntos marcaron un antes y un después en la historia del rock con un sonido oscuro, pesado y rupturista para la época.
Entre los momentos más controversiales de su trayectoria está el concierto en el que mordió la cabeza de un murciélago vivo, un acto que él mismo reconoció como un accidente, pero que reforzó su imagen de rockero extremo.
A lo largo de los años, Osbourne enfrentó una fuerte adicción a las drogas y el alcohol, lo que afectó su salud y sus relaciones personales. Sin embargo, mantuvo una carrera activa que lo llevó a ser respetado por las grandes figuras de la música y criticado por grupos religiosos conservadores, quienes lo acusaban de adorar al diablo por la estética de su banda.
Además de su carrera musical, Ozzy se reinventó en la década de los 2000 como figura de la televisión. Su reality show “The Osbournes”, transmitido por MTV entre 2002 y 2005, mostró su vida junto a su esposa Sharon y sus hijos Jack y Kelly, en su mansión de Los Ángeles.
El programa fue un éxito inmediato. Con un formato caótico y natural, mostraba a la familia en su día a día, compartiendo comidas, discusiones y momentos con sus perros pequeños. Este estilo abrió paso a la era moderna de los realities familiares, como posteriormente harían las Kardashian.
“The Osbournes” ganó un Emmy y consolidó la imagen de Ozzy como un personaje multifacético, que mezclaba su rudeza en el escenario con su carácter afectuoso y su sentido del humor en la vida diaria.
Tras el cierre del programa, continuó con su carrera musical en solitario y giras con Black Sabbath. En 2017 inició su gira de despedida, pero la pandemia y sus problemas de salud retrasaron su retiro definitivo hasta este año.
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En su concierto final en Birmingham, Ozzy expresó ante su público: “Gracias por hacer de mi vida algo inimaginable. Siempre seré un chico de Birmingham, hasta el último día”.
Conocido como el “Príncipe de las Tinieblas”, fue un símbolo de la contracultura y del rock contestatario, inspirando a generaciones de músicos y bandas de metal alrededor del mundo.
Tony Iommi, guitarrista de Black Sabbath, escribió en redes sociales: “No puedo imaginar este mundo sin Ozzy. Fue mi hermano de vida y escenario. Descansa en paz”.
Bill Ward y Geezer Butler también publicaron mensajes de despedida, recordándolo como un amigo leal y un artista único.
Los homenajes no se hicieron esperar. Bandas como Metallica, Iron Maiden y Judas Priest expresaron su tristeza por la partida de quien consideraban su mayor referente musical. “Gracias Ozzy por mostrarnos el camino”, escribió James Hetfield de Metallica.
En la actualidad, Ozzy residía entre Los Ángeles y el Reino Unido, junto a Sharon, con quien estuvo casado más de 40 años, y mantenía un contacto cercano con sus hijos y nietos.
Su muerte marca el fin de una era para el heavy metal y la cultura pop global. Desde sus días como joven obrero metalúrgico en Birmingham hasta su consagración como estrella mundial, su historia estuvo marcada por excesos, éxitos, controversias y, sobre todo, música que transformó un género.
La familia Osbourne no ha anunciado aún detalles sobre su funeral o posibles homenajes públicos.
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