Barranquilla – Junior volvió a imponer respeto en el Metropolitano y venció 2-0 a Deportivo Pasto en un duelo clave que lo devuelve al comando del Clausura 2025. El marcador pudo ser más amplio, pero bastaron los goles de Cristian Báez y José Enamorado para firmar una noche de control absoluto.
El partido comenzó con Junior decidido a marcar territorio desde el primer minuto. La posesión fue roja y blanca de principio a fin, con Didier Moreno y Guillermo Celis manejando la mitad de la cancha como una autopista propia. Teófilo Gutiérrez, a sus años, se movía con inteligencia, tirándose atrás para armar juego y habilitar a los extremos. Fue un monólogo futbolístico que obligó a Pasto a refugiarse en su propio campo.
Deportivo Pasto apenas lograba cruzar la mitad de la cancha. Cada intento era neutralizado por la presión alta de Jeison Suárez y Jermain Peña, que no dieron respiro. El equipo visitante acumuló faltas como única herramienta para detener las asociaciones. De hecho, el árbitro Carlos Betancourt debió intervenir en varias ocasiones para calmar los ánimos.
Antes del desahogo llegó el susto. Al minuto 28, el árbitro sancionó penal tras una falta revisada por VAR sobre Jhomier Guerrero. El encargado fue Cristian Báez, pero su disparo salió desviado por encima del arco, generando un murmullo de sorpresa en las tribunas. Lejos de esconderse, el defensor pidió revancha y la encontró justo antes del descanso. Minuto 45+3, tiro de esquina ejecutado por Yimmi Chará y Báez se elevó con decisión para conectar un cabezazo impecable. El estadio explotó en un solo grito. Fue una reivindicación inmediata que encendió aún más la confianza del equipo.
Dominio total en el complemento
El segundo tiempo mantuvo la misma tónica. Junior no aflojó y siguió presionando. Pasto intentó adelantar líneas, pero el equipo barranquillero respondió con ataques más directos. Jesús Rivas se animó con remates de media distancia, mientras que Guillermo Paiva movía a los centrales con diagonales constantes.
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El segundo tiempo trajo cambios clave. Teófilo Gutiérrez ingresó desde el banco para aportar pausa y claridad en los últimos metros. También entró Steven "Titi" Rodríguez para aumentar la agresividad en ataque. Y ambos participaron en la jugada del 2-0. Minuto 87, Teófilo filtró un pase preciso hacia la izquierda y Enamorado, rápido y decidido, controló y definió cruzado ante la salida del arquero. Fue el golpe final que selló la victoria sin margen de discusión. No había lugar para dudas: el liderato volvía a Barranquilla.
El entrenador de Junior no dio grandes declaraciones, pero dejó una frase que resume el momento del equipo. “Hay compromiso en cada línea y se nota en la cancha”, afirmó en zona mixta.
La victoria no solo vale tres puntos. Marca un mensaje directo para el resto del campeonato. Junior no quiere solo clasificar. Quiere mandar. Quiere ser protagonista hasta el final.
Ficha táctica y rendimiento colectivo
Alineaciones principales
Junior formó con un 4-2-3-1 ordenado y flexible. Mauro Silveira fue un espectador de lujo, protegido por una defensa que no permitió libertades. Báez se consolidó como líder del fondo, guiando a una zaga que jugó adelantada sin temor. En el medio, Celis y Moreno cortaron y distribuyeron. Chará aportó desequilibrio constante, mientras que Paiva y Teófilo funcionaron como generadores más que finalizadores.
Deportivo Pasto utilizó un 4-4-2 conservador. Victor Cabezas sostuvo el marcador con varias intervenciones, pero el bloque defensivo fue superado repetidamente. La ofensiva visitante careció de ideas y sus delanteros quedaron aislados.
El apartado estadístico refleja la diferencia. Junior remató 17 veces, con 4 tiros directos. Pasto apenas respondió con 8 remates y solo 2 al arco. La posesión fue 58.9 % para el local, una cifra que respalda la percepción visual del dominio.
En la tribuna, la asistencia fue notable. Aunque no hubo cifra oficial, las gradas mostraron un ambiente propio de los partidos grandes. Cada jugada ofensiva levantaba al público, que respondió con aplausos incluso en acciones defensivas bien ejecutadas.
El torneo entra en su recta final y Junior aparece como candidato natural. Falta mantener la constancia, pero actuaciones como esta refuerzan la confianza del plantel y la ilusión del hincha.
No todo fue perfecto. Hubo momentos de relajación en salida que generaron ciertos sustos, especialmente en los primeros quince minutos del segundo tiempo. Sin embargo, la respuesta del equipo fue inmediata, evitando que esas dudas se transformaran en peligro real.
El próximo reto pondrá a prueba la solidez actual. El calendario ofrece un duelo ante un rival directo en la parte alta de la tabla. Un triunfo en esa cita podría encaminar definitivamente la clasificación anticipada.
El vestuario salió entre sonrisas. Algunos jugadores se detuvieron para agradecer a los aficionados que permanecieron en la tribuna hasta el último minuto. Ese vínculo entre equipo e hinchada se fortalece con victorias como esta.
La prensa nacional destacó la actuación del conjunto barranquillero. Algunos analistas coincidieron en que Junior atraviesa un momento de madurez táctica que lo coloca por encima de otros competidores. Las figuras aparecen, pero lo que marca diferencia es la cohesión colectiva.
La afición ya habla de finales y vueltas olímpicas. Aún falta camino, pero el presente invita a creer. En Barranquilla, el fútbol se vive con intensidad y cuando el equipo responde, la ciudad entera se enciende.